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CARTAS AL DIRECTOR

Mi generación

No he podido sino sentirme aludido por el artículo del domingo día 1 del señor Vicent, y por la carta del señor Yago Martí del día siguiente. Por ello he decidido exponer brevemente mi opinión sobre la generación a la que pertenezco. No voy a negar que ésta sea posiblemente la más egoísta, consumista, apolítica y poco cívica. Veamos por qué. Las que fueron juventudes "de las manifestaciones de izquierdas" rápidamente se vendieron al gran capital contra el que lucharon, y, por miedo a palabras como "deber", "autoridad" o "educación en valores", educaron a sus hijos en el materialismo y hedonismo más salvajes. En cuanto a la cultura, ésta ha perdido todo antiguo afán rupturista, al institucionalizar y convertir en cánones antiguas ideas combativas, ahora pura retórica formal. Pero, sin duda, el factor más importante es el salvaje capitalismo en el que hemos sido educados.

La idea fragmentaria de cultura a la que alude el señor Vicent no es más que el fruto de un sistema que, paradójicamente, ofrece una cantidad de información sin precedentes, pero que a la vez exige un grado de especialización tal, que nos obliga a estudiar hasta casi los treinta años. Asimismo, el apoliticismo no es más que la consecuencia de una cultura del ocio improductiva, capaz de mantener al individuo entretenido y con su capacidad crítica mermada las 24 horas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de julio de 2007