Produce náuseas la carta a Tony Blair de los 10 ministros de Asuntos Exteriores de los Estados mediterráneos miembros de la UE, publicada en EL PAÍS el 10 de julio, en la página 8. En ella le formulan sus buenos deseos y le felicitan por la nueva misión que le ha encomendado el emperador Bush: intentar apagar el devastador fuego que ellos dos han provocado en Irak y en todo Oriente Medio, no con la benévola idea de llevar la democracia a esa región, sino con la más precisa de asegurarse unos años más el petróleo de esa zona del mundo.
Blair es más responsable que Bush de esa vergüenza, pues es mucho más listo y estaba mejor informado que el ranchero de Tejas del avispero de Oriente Medio, históricamente creado por Gran Bretaña. Ambos son culpables de la actual confrontación de civilizaciones y, en parte, de las mayores dosis de terrorismo que estamos sufriendo en todo el globo.
¿Se han parado a pensar estos 10 ministros europeos en la reacción que esta carta meliflua va a tener en los países árabes y musulmanes? ¿Y en sus propias opiniones públicas que ven que Europa es, definitivamente, un ente pequeño y medroso -otra conquista de Blair- capaz sólo de felicitarse por las decisiones del emperador y su acólito? Blair es uno de los hombres más cínicos de nuestro tiempo. Y tan manipulador de la opinión pública como su director de comunicación y estrategia, Alastair Campbell, que también se va a hacer millonario con su libro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de julio de 2007