He leído con gran asombro y desagrado la información publicada por EL PAÍS (10-7-2007) sobre la toma de posesión de la nueva ministra de Vivienda, Carme Chacón, que tuvo lugar el pasado lunes. Asombro, porque dicha información no se corresponde ni refleja con el mínimo rigor exigible lo que sucedió en ese acto, al que, afortunadamente, tuve ocasión de asistir.
La forma en que el redactor simplifica las palabras de la ministra, cuya intervención trató sobre muchos aspectos que se omiten; la gran expectación que generó por el elevado número de asistentes; la presencia de las más destacadas personalidades de las principales empresas del sector de la construcción o del ámbito cultural (Elías Querejeta o Agustín Almodóvar), y de las más altas instituciones políticas del Estado... Todo este cúmulo de elementos o bien le supieron a poco o no fueron suficientemente noticiables para el periodista que cubrió el acto, al cual, según refleja su crónica, le pareció un gesto negativo que Carme Chacón realizara declaraciones en catalán ante la petición de los medios de la comunidad que procede.
Por todo ello, no puedo sino lamentar el trato informativo dado a la toma de posesión por parte de su diario, al cual, con su permiso, también considero el mío.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de julio de 2007