Nos parece estupendo que el Gobierno incentive la natalidad, pero antes también nos gustaría que se preguntase ¿cuántos niños nacen con enfermedades raras que se podrían evitar, tratando de diagnosticar a tiempo, instalando los medios necesarios en las diferentes comunidades autónomas? De esta forma evitaríamos en estos niños daños irreparables en órganos vitales, y a veces hasta el fallecimiento. Asimismo, salvaríamos de esas cargas económicas tan exageradas tanto sociales como familiares.
Incentiven la natalidad, pero también evitemos primero los daños irreparables a los recién nacidos y les daremos un futuro y una calidad de vida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de julio de 2007