Quiero denunciar una situación a todas luces injusta. Recientemente, mi familia y yo nos embarcamos en un crucero. Pasados unos días, empezamos a tener algo de confianza con el personal del barco y, dado que nos encontrábamos a los mismos trabajadores a todas horas y en todos los servicios, decidimos preguntarles cuál era su horario laboral. La sorpresa fue su respuesta: 14 horas diarias de lunes a domingo (sí, sí: de lunes a domingo) ¡durante varios meses al año! Imaginen la cara de sorpresa que se nos quedó al comprobar que mientras nosotros estábamos allí, pasando unas agradables vacaciones, otros estaban trabajando como si de la época feudal se tratara. Ante tal perplejidad, pregunté si no tenían turnos, para hacer al menos un día de descanso a la semana, y me dijeron que los únicos descansos eran para aquellos que estaban enfermos.
¿Cómo es posible que una compañía española explote a sus trabajadores, independientemente de la bandera que lleve el barco? Desde ese día pensé que debía hacer público lo que me habían comunicado, ya que algo no funciona correctamente si a estas alturas se siguen vulnerando los derechos de los trabajadores de este modo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de julio de 2007