La idea fue de un holandés, Max Barenbrug, en 1996. Él y su cuñado se empeñaron en conseguir un coche para niños que fuera práctico, cómodo y, por una vez, estético. En multitud de vivos colores, combinables a voluntad, y con prestaciones tales como silla y manillar reversibles, suspensión a prueba de cualquier bache y capacidad de giro de 360º. Así se creó el modelo Frog, que se convirtió en el complemento favorito de las estrellas. Gwyneth Paltrow y Jesica Parker, maternidad mediante, aparcaban sus bolsazos y exhibían su último símbolo de estatus: el coche Bugaboo. Para mantener viva la llama del culto, se han renovado los modelos e, incluso, se ha creado una colección de series limitadas firmadas por artistas de vanguardia holandeses. Barenbrug dirige actualmente un equipo de unos doce diseñadores industriales que está elaborando toda una nueva generación de productos Bugaboo. Para este verano, la apuesta es el tejido vaquero. Para que el coche haga juego con la prenda estrella de los papás modernos. El precio, 789 euros. www.bugaboo.com
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de julio de 2007