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El villano que el presidente ha convertido en héroe

Allí donde va Iftikhar Mohamed Chaudhry congrega a miles de paquistaníes. Desde que el presidente, Pervez Musharraf, le suspendió como jefe del Tribunal Supremo el pasado 9 de marzo, este juez que era un desconocido fuera de los círculos judiciales se ha convertido en un héroe para quienes desean que el Gobierno de Pakistán vuelva a manos civiles. Mañana se espera el veredicto del Supremo sobre la constitucionalidad de su destitución.

"Estoy convencida de que la mayoría de los que acuden a sus mítines ni siquiera conocían su nombre antes del 9 de marzo", asegura la abogada N. M. en Lahore, donde el juez hizo su último llamamiento a la democracia el pasado domingo. "Chaudhry no era mejor que los demás", añade esta letrada que conoció personalmente al juez el año pasado, "le nombró Musharraf y formaba parte del sistema corrupto que ha crecido a su alrededor, pero al suspenderle cuando sospechó que iba a vetar su proyecto de mantenerse al frente del Ejecutivo y del Ejército, el presidente lo convirtió en un héroe".

El juez había empezado a indagar en numerosas denuncias de desaparecidos que parecen implicar a los servicios secretos del Ejército. Con los líderes de los dos principales partidos políticos en el exilio, los paquistaníes encontraron en Chaudhry (Quetta, 1948) el símbolo para canalizar su hartazgo con la dictadura y su deseo de cambio. Al grito de "Vete, Musharraf, vete" y "No a la dictadura", el juez ha logrado unir a paquistaníes de todas las tendencias políticas.

Sintiéndose respaldado por esa repentina popularidad, Chaudhry clama en público que "la democracia fortalece al poder judicial", una afirmación que le enfrenta con el jefe del Estado. De hecho, en mayo, los aliados de Musharraf en la provincia de Sindh, el Movimiento Muttahida Qumi, impidieron que el juez celebrara un mitin en Karachi y desataron la peor ola de violencia en la ciudad en dos décadas. Tal vez a causa de esa popularidad, el Gobierno rebajó el lunes sus acusaciones contra Chaudhry. Pero la acusación principal, abuso de autoridad, sigue en pie.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de julio de 2007