La redefinición del realismo y de las ideas consensuadas sobre el tratamiento del tiempo parece ser el denominador común de una nueva autoría radical de reciente emergencia. Es impropio hablar de generación o intereses comunes, porque en el fenómeno entran en juego sensibilidades (y cinematografías) muy diversas: podría tratarse de los picos, espontáneos y desordenados, de una reacción orientada a reconquistar los territorios no agotados de una expresión cinematográfica pura, en tiempos de incesante intoxicación intermediática y de cierta percepción de colapso inminente del medio.
En el caso español, películas como La línea recta, La soledad y, ahora, esta ópera prima de Pedro Aguilera -no arbitrariamente producida por el mexicano y compañero de viaje Carlos Reygadas- han colocado nuestro cine en el mapa mundial de un modo que sólo habían logrado antes muy puntuales -y anómalos- autores, pero su sintonía ética y estética sitúa sobre el horizonte la amenaza de la reiteración de clichés. En otras palabras: este nuevo cine de autor ya podría inspirar su propio Aterriza como puedas (1980).
LA INFLUENCIA
Dirección: Pedro Aguilera. Intérpretes: Paloma Morales, Romeo Manzanedo, Jimena Jiménez. Género: drama. España, 2006. Duración: 83 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de julio de 2007