El fiscal pide dos años de prisión y tres de inhabilitación para el doctor Alfredo Montoro, además de una indemnización de 150.253 euros, por la muerte de una niña de 20 meses al errar en el diagnóstico. Los hechos ocurrieron en 1997, en la clínica Casa de Salud de Valencia, a quien le solicita la responsabilidad civil subsidiaria. El juicio estaba previsto para la semana pasada. La indisposición de un forense lo ha aplazado hasta otoño. El caso se resolverá diez años después.
La pequeña fue ingresada por sus padres en Casa de Salud después de tener una fiebre alta continuada que no bajaba. En la exploración se observa que tiene las plaquetas extremadamente bajas, el hígado y el bazo inflamados. Eso ocurrió el 4 de junio de 1997. Al día siguiente, con la sospecha de que pudiera padecer leishmania, se solicita al director de laboratorio, Alfredo Montoro, que realice pruebas hematológicas. Sus resultados le dieron negativo a la leishmania y positivo a la brucelosis. Se procede a un aspirado de médula ósea, se analiza y el resultado que da Montoro es el mismo. Se aplica un tratamiento al que la menor no responde. Finalmente, es trasladada a La Fe, donde se certificó que la menor tenía leishmania. La pequeña murió el 24 de julio. La mortandad por esa enfermedad es del 5%. El fiscal considera que Montoro no identificó el parásito de leishmania a través del microscopio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de julio de 2007