Quizá los golfistas no los sufren, pero sí los espectadores, que a veces tienen que agachar sus cabezas ante un mal golpe. A la seguidora de la imagen no se dio tiempo y fue atendida cuando la bola de Tiger Woods en el hoyo 6 impactó en su cabeza.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de julio de 2007