Los mercados de valores se han recuperado en esta última sesión de los ajustes y desajustes de las jornadas anteriores, lo que les devuelve a la relativa normalidad de una situación cuya lectura es, a veces, demasiado compleja.
El Ibex 35 subió el 0,85% y vuelve a situarse por encima de los 15.000 puntos, con lo que parece dejar atrás el temor a una corrección seria al introducirse de nuevo en la banda de fluctuación comprendida entre los 15.000 y los 15.150 puntos, es decir, al movimiento lateral que amenaza con convertirse en eterno.
Una de las diferencias de la situación actual con alguna de las anteriores es el empuje que muestra Telefónica, que ahora parece capaz de romper resistencias y liderar un proceso más ambicioso, siempre y cuando el resto de los grandes consiga deshacerse del peligro de acercarse demasiado a sus respectivos soportes, algo que los valores bancarios tantean casi a diario.
En el exterior, la ausencia de indicadores económicos relevantes otorgó mayor peso relativo a otros factores, como el precio del petróleo y la rentabilidad de la deuda. El precio del barril de petróleo disfrutó de menos presiones de las habituales ante la posibilidad, remota, de que se aumente la producción, al tiempo que la rentabilidad de los bonos se mantenía en torno a los bajos niveles alcanzados el pasado viernes. La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años seguía por debajo del 5%, mientras que el bono español estaba en el 4,53% y el alemán en el 4,44%.
La calma de otros mercados permite a los inversores centrarse en las sociedades y en sus resultados, lo que explica el que ayer se concediera más importancia a las notas de los analistas y a sus recomendaciones, lo que tuvo una clara repercusión en la orientación de los índices, aunque el nivel de la contratación sufrió con esta tranquilidad y fue bastante menor que el del viernes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de julio de 2007