En el barrio del Clot muchos comercios seguían ayer a mediodía sin luz y varios semáforos no funcionaban. Aunque no pueden realizar su actividad con normalidad, algunos optan por abrir; el resto (sobre todo restaurantes) cierra.
En la avenida Meridiana, a la altura de la calle de València, hay un trayecto donde lo sorprendente era encontrar algún local con luz. Gemma Balagué, de 42 años, es dueña de una peluquería: "Tenemos que lavar el pelo a los clientes con agua fría y no podemos secarlo", se quejaba. Una vinacoteca del mismo barrio ha optado por poner un generador: "Necesitamos utilizar los ordenadores porque tenemos muchos pedidos retrasados", decía Álex Ferriz, trabajador del negocio. Dos obreros se quejaban indignados porque habían ido en busca de generadores para poder seguir trabajando, pero aseguraban que no habían podido encontrar de lo solicitados que están. En Navas, más de lo mismo. En la calle de Felip II la mayoría de los comercios estaban cerrados. Tina Nadal trabaja en un quiosco y decía que los vecinos no paran de quejarse, sobre todo, porque tienen que tirar la comida. Eso sí, lo que comparten vecinos y comerciantes es la misma indignación fruto de la desinformación que padecen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de julio de 2007