Los cuatro ediles socialistas que el pasado martes no acudieron al pleno municipal echaron ayer más leña al fuego al asegurar que no abandonarán sus actas de concejales si resultan expulsados del PSOE, sino que continuarán en el Ayuntamiento integrados en el Grupo Mixto. Uno de ellos, Santiago Llorente aseguró sin embargo que los cuatro concejales -él, Laura Oliva, María José Banegas y Juan Antonio González- no contemplan la expulsión.
Llorente respondía así a la presidenta de la comisión gestora del Partido Socialista de Madrid (PSM), Cristina Narbona, que, a 24 horas del congreso extraordinario que designará la nueva dirección de los socialistas madrileños y al que acudirán como delegados los cuatro ediles críticos, dejó claro que el caso está en manos de la ejecutiva federal del PSOE. Ésta ha abierto un expediente informativo que podría conllevar "la expulsión del partido de estos cuatro concejales si se demuestra que lo que hicieron lo hicieron voluntariamente", según afirmó Narbona.
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El entorno crítico que representan públicamente los cuatro concejales enfrentados al alcalde, Rafael Gómez Montoya, se muestra favorable a abrir un proceso de diálogo tras su particular "toque de atención". En concreto, reclaman "un espacio político" en el que puedan trabajar "sin imposiciones".
El detonante de la crisis del PSOE de Leganés, que se escenificó con la ausencia en el pleno del martes de los cuatro ediles, estuvo en la negociación del reparto de carteras dentro del grupo municipal socialista. Los cuatro concejales críticos se han quedado sin una concejalía retribuida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de julio de 2007