Como supongo usted sabe, varios cooperantes de la ONG española Paz Ahora, compañeros de mi madre, fueron retenidos en la frontera con Israel durante horas el pasado martes sin ningún tipo de justificación por parte de las autoridades israelíes, que fueron advertidas previamente del viaje. Estos cooperantes tienen la peligrosa intención de recoger a 60 niños de edades comprendidas entre los 9 y los 11 años, afortunados residentes de los campos de refugiados de Cisjordania, con el objetivo de pasar un mes de campamentos de verano en España, lejos de su maltrecha provincia israelí. Digo provincia con ánimo de que el señor embajador israelí no se ofenda si usase Estado palestino y por entender que ésta es la palabra más adecuada para describir las condiciones de vida que se dan en este lugar: tanques y helicópteros israelíes velando por la seguridad de sus gentes, demoliciones de casas antiguas (para construirlas nuevas y mejores) y levantamiento de "tapias", por emplear el lenguaje de la diplomacia del señor embajador.
Comoquiera que estos cooperantes creen que estas condiciones no son las más adecuadas para la infancia, vienen a un país, España, donde sí se respetan sus derechos como seres humanos y como niños, por el hecho de haber nacido, simplemente. Un soldado israelí le dijo a un cooperante, el año pasado, lo siguiente:
-¿Por qué ayudáis a los terroristas?
-Pero si tienen nueve años...
-Pues lo serán dentro de 10 años.
Hay gente que piensa que hay terroristas de nueve años y que se nace terrorista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de julio de 2007