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Cuba adelanta el regreso de Brasil de sus atletas para evitar deserciones

Río de Janeiro

La delegación de atletas cubanos que compitió en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro emprendió el sábado el regreso a la isla a toda prisa. Tan rápido que el equipo de voleibol no pudo recoger su medalla de bronce ni hubo tiempo de participar en la ceremonia de clausura. El apresurado retiro de entre 200 y 240 atletas fue ordenado por el Gobierno cubano ante el temor a una deserción masiva, después de que cuatro deportistas se escaparan del torneo, informó la cadena de televisión brasileña O Globo.

La ausencia de los jugadores de voleibol cubanos en la entrega de medallas fue interpretada como un síntoma de que algo ocurría en la delegación caribeña. Fuentes de la Organización Deportiva Panamericana aseguraron que Cuba había comunicado que la mayor parte de la delegación volvería el sábado por la noche a La Habana por compromisos de los atletas en Europa. Sin embargo, fuentes del comité organizador indicaron que no habían recibido notificación alguna que justificara la ausencia de los cubanos.

En el transcurso de dos semanas y media de juegos, cuatro cubanos desertaron: el jugador de balonmano Rafael Capote, el entrenador de gimnasia Lázaro Lamelas y los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara. En 1999, durante los juegos celebrados en Winnipeg (Canadá), la delegación sufrió una baja de 13 deportistas y en 1993, durante los juegos centroamericanos de Ponce (Puerto Rico), 42 atletas hicieron lo mismo.

El presidente Fidel Castro abordó el sábado el problema en un artículo en el que denunció la "repugnante compraventa" de atletas. "La traición por dinero es una de las armas favoritas de Estados Unidos para destruir a la resistencia cubana", afirmó.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de julio de 2007