En la información publicada en EL PAÍS el pasado domingo sobre el incendio que sufre Gran Canaria, se indica que ha sido detenido un "agente forestal" como presunto autor del mismo. Como agente forestal de la Comunidad de Madrid, quiero llamar su atención sobre el grave error que significa llamar "agente forestal" a quien en realidad es un vigilante contratado. La diferencia es abismal. Los agentes forestales somos funcionarios de carrera y agentes de la autoridad. Eso significa que hemos pasado por un largo proceso de formación y de selección mediante oposiciones públicas.
Confundir, en una información sobre un delito tan grave como acabar con un entorno natural y poner en riesgo vidas humanas, a un agente forestal con un contratado temporal nos hace un inmenso daño al colectivo de agentes forestales, quienes reiteradamente hemos acreditado nuestro compromiso con la defensa del entorno natural, como lo prueban nuestras últimas movilizaciones para que no nos quiten la potestad de inspección y control de espacios naturales privados en la Comunidad de Madrid. Este tipo de confusiones se traduce en una pérdida de credibilidad ante los ciudadanos y perjudica a la defensa del medio ambiente.
En cualquier caso, la subcontratación a empresas privadas de la protección ambiental es un asunto que los medios de comunicación están pasando por alto y que ya ha traído problemas de este tipo en los últimos años. Personas que son contratadas sin haber recibido formación para el cumplimiento de sus tareas, con contratos temporales, sin pertenencia a las administraciones públicas... Sería bueno investigar y delimitar responsabilidades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de julio de 2007