Zaragozanos, después de nuestra intensa lucha contra el trasvase del Partido Popular, no podemos permitir que ahora el PSOE y el PAR drenen el Ebro, lo embalsen durante unos kilómetros, modifiquen su cauce, hormigonen sus riberas y destruyan el Puente de Piedra.
La excusa: hacer una gran expo que sitúe a Zaragoza en el mapa. La realidad: destruir el escaso patrimonio natural de nuestra ciudad para que unos pocos se forren a costa del erario público con la ejecución de las obras. La expo se nos presentó a la ciudadanía como la panacea que arreglaría todos los problemas de la ciudad y nos haría más importantes que Nueva York.
Por el momento, sólo nos ha traído atentados medioambientales y contra nuestro patrimonio histórico-cultural, inaceptables subidas de impuestos y precios, aumento del precio de la vivienda muy por encima del resto del Estado, venta de suelo público para viviendas de lujo y un largo etcétera de desastres que dificultan la vida en nuestra ciudad. Lo que ciertamente ha supuesto hasta el momento es una maniobra especulativa de alto nivel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de agosto de 2007