Canarias vive estos días su mayor tragedia ecológica de los últimos tiempos por culpa de dos incendios muy graves que han devorado un tercio del bosque de sus dos principales islas: Gran Canaria y Tenerife, donde se concentra la mayoría de la población de la comunidad. Los fuertes vientos, la escasa humedad y temperaturas próximas a los 40 grados han convertido ambas islas en una tea de enormes proporciones: 35.000 hectáreas de masa forestal han sufrido el ataque de las llamas y 14.000 personas han tenido que abandonar sus casas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer una visita de urgencia a las dos islas.
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La preocupación se desplazó ayer de isla. Mientras las autoridades de Gran Canaria aseguraban a media tarde que la situación había mejorado, en Tenerife había todavía varios frentes sin control que amenazan a distintos municipios.
El presidente canario habló con la cúpula del Gobierno central: Zapatero, la vicepresidenta y la ministra de Medio Ambiente, que viajó a Canarias para coordinar los medios estatales y comprometer nuevos envíos de medios y de personas desde la Península para hacer frente al fuego.
Las autoridades aprobaron con urgencia distintas medidas de ayuda económica a las familias afectadas por los daños ocasionados en los dos grandes incendios. Los cabildos de Tenerife y Gran Canaria aprobaron ayudas de entre 2.500 y 3.000 euros por familia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de agosto de 2007