Son las piezas de arte confiscadas por los soviéticos en Alemania como botín durante la II Guerra Mundial que siguen en propiedad de Rusia y Polonia, según estiman los museos alemanes. El departamento de Patrimonio alemán solicitó ayer a Moscú y Varsovia que permitan fijar la propiedad de los objetos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de agosto de 2007