La primera visita oficial de máximo nivel del ejecutivo español al del sandinista Daniel Ortega, comenzó ayer con sobresaltos: la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se desayunó con unas declaraciones del presidente nicaragüense en las que amenazaba con devolver al Estado la distribución de la energía eléctrica, ahora en manos de Unión Fenosa. Tras dos encuentros entre ambos dirigentes, Ortega se ratificó en sus palabras "porque tenemos apagones diarios de 7 horas".
Fernández de la Vega no quiso entrar en la polémica y se limitó a subrayar que, según sus informaciones, Unión Fenosa está a punto de firmar un acuerdo para mejorar las inversiones en la red y conservar la licencia de distribución.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de agosto de 2007