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CARTAS AL DIRECTOR

Navarra: el desenlace

No podía ser de otra manera; como en toda representación circense, el espectáculo se cierra con una payasada final. De ésas de circo de segunda, deprimente. No ya difícil, se antoja casi imposible ser progresista y no nacionalista (vasco) en Navarra. Nadie discute que la papeleta socialista en el viejo reino era complicada. Por descarte, su programa electoral era el más aceptable. Modelo institucional, lingüístico, política social. Con la derecha pacomartinezsorianista compartía las dos primeras. Con el conglomerado derechacentroizquierda de los txominregatistas, el tercero. Lástima. El día 28 de mayo, cualquier tipo de acuerdo que no pasase por dejar gobernar en minoría a UPN supondría un quebranto para el PSN. Después de más de dos meses inexplicables, lamentables, bajo la atenta mirada de propios y extraños, la clase política Navarra, con Puras al frente, nos ha ofrecido la peor de sus caras: vacilación, incongruencia, desazón. Como progresista, como navarro, como español, sentí vergüenza. El acuerdo de Gobierno al que parece ser han llegado, por sorpresa (tal vez no tanta) PSN/NaBai/IUN traerá a la nación navarra el cambio. Si el cambio se configura como antesala hacia el Anschluss, a través de políticas lingüísticas y de acercamiento político a la CAV, el PSN verá cómo buena parte de sus apoyos ciudadanos le darán la espalda. Continuará. Desde las Tierras Medias.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de agosto de 2007