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La selección iraquí regresa a Bagdad

En un emotivo regreso, la selección iraquí de fútbol que se proclamó la semana pasada campeona de la Copa Asia en Tailandia llegó ayer a Bagdad. "No puede haber un momento más feliz", declaró llorando el portero Noor Sabri a su llegada al aeropuerto. "Se lo dedicamos a las madres de los mártires", dijo Sabri, chií, en recuerdo de los fallecidos por la violencia sectaria.

En un principio el equipo nacional iraquí no pensaba recibir un reconocimiento en Bagdad por los problemas de seguridad: se temía que la aglomeración de gente supusiera un riesgo de atentado. Algunos de los jugadores, como el capitán Yunis Mahmud, no regresaron con el resto de la selección alegando temer por su vida.

Tras llegar al aeropuerto, el equipo fue trasladado a la fortificada zona verde, donde fue recibido por el primer ministro, Nuri al Maliki, y el presidente, Yalal Talabani. Durante la recepción ofrecieron el trofeo de campeones a las madres de dos jóvenes asesinados en un atentado suicida tras el triunfo del equipo en las semifinales.

En el norte del país, en la ciudad de Kirkuk, una familia perdió a cinco hermanos tras no poder pagar el rescate de 100.000 dólares que pedían los captores. La policía iraquí encontró a un sexto hermano que logró escapar con vida.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de agosto de 2007