Veo un telediario de una cadena privada española. Ocupa el 80% de su tiempo en hablar de sucesos, de la vida de los famosos y de películas norteamericanas que van a estrenarse próximamente (terror, 20 muertos por secuencia, violencia en general. Sin tabaco, eso sí). Parece más importante la fiesta de los Cruise-Beckham que la guerra de Irak o el conflicto (guerra, en realidad) de Oriente Medio. Soy médico de hospital: en la sala de enfermería hay fundamentalmente revistas de moda, estilo, decoración, estética. La de los médicos no es mejor: los colegas miran sus palms, juegan con el móvil... Llevan gorros de quirófano de colorines (probablemente regalados por la industria farmacéutica). Me pregunto cuánto falta para que operen con pantalones tipo "pirata". Son buenos en lo estrictamente profesional (si en medicina hay algo sólo estrictamente profesional...).
Y ahora, Gorbachov anuncia Louis Vuitton al lado de los restos del muro que él ayudó a derribar. Los beneficios no son para él, son para una fundación. Pertenezco a la generación que quiso cambiar al mundo en los años sesenta. ¿Estaba loco antes? No me gustaba el mundo pero lo entendía. ¿Me estaré volviendo loco ahora? Ni lo entiendo, ni me gusta. ¿Me comprenden? ¿Hay alguien más....
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de agosto de 2007