Unos 170 pasajeros de un vuelo de KLM que debía haber salido el sábado a las 13.30 con destino a Ámsterdam permanecieron en tierra durante de 28 horas debido a una avería en el avión en el que iban a volar, según Laura Rodrigo, una de las afectadas.
Durante las horas de retraso del vuelo, los viajeros llegaron a embarcar hasta tres veces. Las mismas que les hicieron bajar de nuevo del avión.
Finalmente, la compañía decidió traer un avión desde Ámsterdam que llevó a los viajeros a la ciudad holandesa. Muchos de ellos, no obstante, perdieron los enlaces previstos. "Nos han tratado como a borregos", lamentó Rodrigo. Este periódico intentó, sin éxito, ponerse en contacto con algún responsable de KLM.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de agosto de 2007