Maria Mercè Pallach, de 66 años, es vecina del barrio de la Sagrada Família. Tiene que cerrar las ventanas de su piso a causa de las molestias que le causa el generador que está enfrente del edificio. Hace poco la operaron del corazón y necesita reposo. Pero por la noche no puede descansar: "He de tomarme tranquilizantes porque no puedo relajarme ni dormir", explica nerviosa. El gasóleo le ha provocado una alergia que le afecta a la lengua, el cuello y las fosas nasales. "Tengo miedo, estoy hecha una mierda".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de agosto de 2007