Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Nicolás Rodríguez | Servicios públicos en precario

"El humo llega hasta el ático"

Barcelona
Los barceloneses han empezado a movilizarse contra el ruido y los malos olores que emiten los generadores. Los primeros días toleraron su presencia como mal menor para tener luz, pero tras varios días de aguantarlos, empiezan a hartarse. Un grupo de afectados ha contactado con un bufete de abogados especializado en la defensa de los consumidores para llevar a juicio tanto a Endesa como al municipio. Muchos se preguntan qué hace el Ayuntamiento. Los intentos de este diario por conocer las actuaciones municipales no han hallado respuesta desde el pasado viernes. En un principio se instalaron 144 generadores. Aún hay 122 trabajando en diversas calles barcelonesas. Los ciudadanos creen que no es de recibo pedir a alguien que aguante hasta febrero del año que viene con un generador bajo la ventana. También la Asociación Catalana contra la Contaminación Acústica ha anunciado su apoyo a las reclamaciones de los afectados. "Hemos de rechazar que el ruido o los malos olores sean inevitables", afirma un comunicado de la entidad, que exige medidas paliativas "al margen de su coste económico". Y señala que, de no adoptarse, "las personas perjudicadas tienen derecho a recibir las correspondientes indemnizaciones por los daños que sufren.

Nicolás Rodríguez, de 61 años, es conserje de un edificio de la calle de Indústria. Enfrente hay un generador. "El humo llega hasta el ático, imagina cómo están los del primer piso". En esa planta hay un matrimonio de 80, ella, y 90, él, y han comprado aire acondicionado para no abrir las ventanas. Nicolás también se queja del cableado que conecta el generador con el transformador, que está en el portal. "Una vez se incendió este transformador, y los vecinos están preocupados por lo que pueda pasar si no estoy. Ésta es la única puerta para salir del edificio", explica.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de agosto de 2007