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José Luis Fernández | Servicios públicos en precario

"Fueron cuatro noches horribles"

Barcelona
Los barceloneses han empezado a movilizarse contra el ruido y los malos olores que emiten los generadores. Los primeros días toleraron su presencia como mal menor para tener luz, pero tras varios días de aguantarlos, empiezan a hartarse. Un grupo de afectados ha contactado con un bufete de abogados especializado en la defensa de los consumidores para llevar a juicio tanto a Endesa como al municipio. Muchos se preguntan qué hace el Ayuntamiento. Los intentos de este diario por conocer las actuaciones municipales no han hallado respuesta desde el pasado viernes. En un principio se instalaron 144 generadores. Aún hay 122 trabajando en diversas calles barcelonesas. Los ciudadanos creen que no es de recibo pedir a alguien que aguante hasta febrero del año que viene con un generador bajo la ventana. También la Asociación Catalana contra la Contaminación Acústica ha anunciado su apoyo a las reclamaciones de los afectados. "Hemos de rechazar que el ruido o los malos olores sean inevitables", afirma un comunicado de la entidad, que exige medidas paliativas "al margen de su coste económico". Y señala que, de no adoptarse, "las personas perjudicadas tienen derecho a recibir las correspondientes indemnizaciones por los daños que sufren.

José Luis Fernández dirige el hotel Claris, en la calle homónima, y está contento: "Al fin tenemos un nuevo generador menos estridente", dice. "Las primeras semanas llegamos a perder un 60% de clientes", comenta. "Estuvimos el pasado mes cuatro noches con un generador, con el que nuestros clientes no podían conciliar el sueño", asegura.

"En el mes de septiembre reuniremos las firmas de la gente para poner una reclamación contra Fecsa-Endesa", añadió, claramente indignado por el percance.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de agosto de 2007