El Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 ha convertido el equipo McLaren en un polvorín. Ayer trascendieron los insultos que se dedicaron el sábado el director de la escudería, Ron Dennis, y su pupilo, Lewis Hamilton. Fernando Alonso medita su futuro en medio de una tormenta de rumores, sobre todo tras la reunión de su padre y su representante con Flavio Briatore, patrón de Renault y antiguo jefe de Alonso. Dennis pidió que se respetaran los contratos: "Y quien quiera hacer algo diferente, tendrá que elegir". El contrato de Alonso acaba en 2009. Dennis anunció medidas disciplinarias.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de agosto de 2007