El primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, anunció ayer que convocará una reunión en los próximos días para solucionar la crisis que afronta el Ejecutivo tras la reciente retirada de dos grupos políticos en el Gobierno. En las últimas semanas, la mayoría de los miembros suníes del gabinete ha renunciado y otros han boicoteado las reuniones con denuncias de que Maliki los mantiene al margen de las decisiones.
"Sufrimos problemas políticos y debemos encontrar una solución y convocar a los dirigentes políticos del país", dijo el primer ministro en una rueda de prensa. "He hecho un llamamiento a los líderes para discutir los asuntos principales de este proceso", añadió Maliki y precisó que el primer encuentro tendrá lugar hoy o mañana.
El pasado 1 de agosto, el Frente del Consenso Iraquí (FCI), la principal agrupación política suní del país, presentó la dimisión de los seis ministros que mantenía en el Gobierno, debido a la negativa de Maliki de satisfacer demandas como tener un papel más importante y desmantelar a las milicias chiíes, a las que acusan de torturar y matar a miles de iraquíes.
El FCI está formado por tres partidos suníes, entre ellos el Partido Islámico de Irak, liderado por el vicepresidente Tarek al Hashemi. A la retirada del FCI se suma la retirada de la Lista del Acuerdo Nacional Iraquí (ANI) -formada por chiíes laicos y miembros de otras comunidades religiosas- y que contaba con cinco ministros en el Ejecutivo.
Junto a la crisis política, la violencia en el país no cesa. Cinco soldados estadounidenses murieron en combates ocurridos al sur de Bagdad, según fuentes militares. Cuatro de los uniformados murieron por la explosión de un artefacto al paso de la patrulla en que viajaban y el quinto falleció cuando su convoy fue alcanzado por disparos de insurgentes. Con estas muertes asciende a 27 el número de bajas estadounidenses en el mes de agosto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de agosto de 2007