De nuevo Estados Unidos es noticia por lo que parece un desarrollo insostenible del país más poderoso del mundo. Con un chaparrón más o menos serio y un viento semihuracanado, la ciudad se descuajaringa sin remisión. En España ya tenemos ejemplos de lo mismo en la ciudad de Barcelona.
Qué pocas veces tenemos noticia de este tipo de acontecimientos en países europeos como Noruega, Finlandia y Suecia. Será que las cosas se pueden hacer de forma diferente. O sea, bien.
Las ciudades en las que vivimos son "seres vivos" que necesitan ser alimentados de forma sana; limitando la edificación, dotándolas de las infraestructuras adecuadas, garantizando los servicios esenciales de emergencia y dando prioridad al bienestar y seguridad de los ciudadanos por encima de las gestiones políticas, que solamente buscan el aplauso efímero y medallas de hojalata.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de agosto de 2007