La noche del pasado domingo 12 se vio una hermosa lluvia de estrellas desde el techo de España: Las Cañadas de El Teide (Tenerife). A pesar de no ser la hora de máxima intensidad del fenómeno, el principio de la noche fue maravilloso. A ambos lados de la carretera se agolpaba la gente, tumbada, bien abrigada y con mantas; mirando el cielo a la espera de ese maná de las perseidas. En el valle se celebraba la aparición de cada ansiado destello y se generaba un rumor que se disipaba en la noche. El estallido del fruto de las retamas era el aderezo para una noche especial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de agosto de 2007