Dos miembros de la secta yazidí aparecieron ayer muertos en Kirkuk, ciudad del Kurdistán iraquí. El miembro de una tribu suní declaró que los asesinos repartían papeles donde se decía que las dos víctimas, una de las cuales aparece en la imagen, fueron ejecutadas en venganza por haber lapidado en abril a una joven yazidí que se enamoró de un musulmán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de agosto de 2007