Sobre la última aportación del señor Knörr [Cartas al Director, 14 de agosto], debo decir que me importa poco el detalle. Todo el himno rezuma esa sensación. Y es largo. De himnos de árboles, me quedo con el de Asturias, que va de coger una flor y, además, no se entiende cuál es su fin patriótico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de agosto de 2007