La dirección de ETA ha dado instrucciones a los terroristas para que comuniquen los datos de los pisos y garajes que han abandonado precipitadamente en territorio francés para elaborar un "mapa inmobiliario peligroso", es decir, una guía de las ciudades y zonas donde, tras alguna operación policial, es un riesgo volver a alquilar.
Los jefes de ETA están preocupados por los casos de terroristas que abandonan pisos y garajes de forma precipitada, sin poner a salvo el material almacenado, sin llevarse o destruir la documentación y sin borrar las huellas dactilares. Esos datos, según un documento interno de la banda, "pueden resultar de ayuda al enemigo".
"Se recuerda que se ha intensificado la vigilancia en torno al alquiler de garajes", advertía una nota intervenida al que fue máximo dirigente de la organización terrorista, Mikel Antza, en octubre de 2004. Otro texto interno afirma: "Según hemos sabido, el comienzo del seguimiento de los enemigos puede estar en el alquiler".
El miedo de los dirigentes de ETA ante esos casos es que otros terroristas puedan acudir a un piso que está quemado (vigilado) o que, sin saberlo, intenten alquilar otro en las inmediaciones. Del mismo modo, cunde en la banda la preocupación por los documentos y huellas que facilitan la identificación de los inquilinos. "Algunos militantes, ya que su identificación era fácil, tuvieron que dejar el lugar en el que estaban sin recoger el material". "Cuando las casas se dejan de mala manera", añade el documento, "hay que enviar todos los datos al Departamento de Seguridad (Segurtasun Saila) para poder repartir más adelante un Mapa Inmobiliario Peligroso".
"Advertencia por escrito"
El abandono de material ha provocado en ocasiones reprimendas de la dirección de ETA a sus subordinados, tal como consta en otro documento interno: "A unos compañeros se les quedó el coche atascado en el barro; el casero que fue a ayudarles desconfió de ellos y les dijo que el coche era robado. Cuando huyeron no recogieron el material de la organización y otras cosas que podían resultar de ayuda al enemigo. Se les va a hacer una advertencia por escrito".
Responsables de la lucha antiterrorista indican que en los últimos años, por motivos de seguridad, muchos miembros de ETA que están encuadrados en las estructuras que operan en Francia abandonan de manera precipitada los pisos en los que se alojan en cuanto tienen la menor sospecha de que pueden estar vigilados, aunque luego resulte ser una falsa alarma.
Los inquilinos se dan a la fuga y, cuando vence el periodo que tienen pagado, los dueños intentan cobrar y se encuentran con la desaparición de los arrendatarios. De esta forma, por ejemplo, se localizó el lunes pasado el garaje del centro de Biarritz alquilado en febrero y pagado hasta finales de julio. Pasados unos días, el propietario intentó contactar con los arrendatarios y acudió al garaje descubriendo que se había convertido en un almacén de armas y explosivos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de agosto de 2007