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CARTAS AL DIRECTOR

El cerebro de Bush

Parece ser que Karl Rove se marcha. Se dice de él que era el cerebro de Bush. Ahora me explico que el auténtico, el que hace pensar a cualquier individuo, estuviera tan oculto. Resulta que otra persona lo manejaba. Lo que me llena de dudas es si lo que hace y hacía el presidente de EE UU era por indicación del tal Rove, con lo que se puede uno alegrar de que este hombre desaparezca de la vida pública, porque el daño que ha hecho a la humanidad algún día se juzgará como un hecho histórico. Creo que pocos presidentes de EE UU han hecho tanto mal al mundo. Incluso algunos hicieron el bien. Pero está claro que gobernar como lo ha hecho este señor es algo que sólo lo deben entender los que le votan y admiran. Aquí en nuestro país tenemos algunos. Yo pienso que el día que desaparezca de la vida política habrá dejado un reguero de sangre no justificada aún y un odio en muchos pueblos extremistas que puede llevar al mundo, como ya está siendo, a una inestabilidad continua y excesiva muy peligrosa. Y todo por vengar a papá. Pero él se habrá marchado a su rancho y allí podrá recibir a sus amigos y ser feliz porque a él nunca le llegará el peligro.

Con esto no quiero decir que la alianza de civilizaciones fuera posible en otro tiempo, pero lo cierto es que después del mandato de Bush, todo está descompuesto y en posiciones extremas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de agosto de 2007