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CARTAS AL DIRECTOR

¿Todos somos delincuentes?

Mi hija (18 años) está en México, de intercambio cultural con un chico mexicano (18 años). A mi hija no le pusieron ninguna pega para la estancia de un mes como turista al entrar allí. Al chico mexicano que llevaba el pasaporte de estreno (claro, a los 18 años) lo deportaron inmediatamente porque no era solvente económicamente, no llevaba reserva hotelera (iba a vivir en nuestra casa), no llevaba la carta de invitación (nadie nos habló de la dichosa carta, ni en el Consulado español de México ni aquí en España). No valía nuestro nombre, nuestro teléfono, nuestra dirección que sí llevaba el chico y que nosotros a pocos metros en Barajas le esperábamos y nos podían haber contactado fácilmente.

Mi hija sigue en México junto con su amigo deportado, sus padres comprendieron que nosotros no teníamos la culpa y en un acto de generosidad aceptan a mi hija como propia, pero a veces me da vergüenza ser "europeo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de agosto de 2007