Si con las elecciones parlamentarias de anteayer el líder kazajo, Nursultán Nazarbáyev, quería mejorar la imagen de su país y hacer creer a la comunidad internacional que ha emprendido una auténtica reforma democrática, hay que constatar que el fracaso ha sido estrepitoso. Los resultados preliminares dados a conocer ayer muestran una victoria arrolladora de Nur Otán, el partido oficialista, con más del 88% de los votos, que se convierte en la única fuerza que estará representada en la Cámara.
Kazajistán es un país riquísimo en petróleo y gas donde el presidente Nazarbáyev gobierna como dictador desde 1989.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de agosto de 2007