-Holmes, ¿ha visto los últimos desarrollos sobre el robo de los broches de berilo?
-Perdí el interés con el segundo broche, Watson, y la cuenta con el tercero, cuando Lestrade resuelva el caso por la mera fuerza del azar se podrá hacer una diadema de berilo.
-Pero mire, si sale usted citado por un tal lord Rothschild. ¡Holmes, si es el propietario de uno de los broches! ¿Y sabe lo que dice?
-Que va a contratar mis servicios.
-¿Cómo pudo adivinarlo?
-Mirando fijamente al vehículo del que se acaba de apear, un landó indescriptiblemente cursi si me permite decirlo. Esconda The Chronicle, Watson, y vacíe esos ceniceros.
-¿Es usted Sherlock Holmes?
-Es comprensible que haya fallado con sólo un 50% de opciones a su favor, lord Rothschild, pero ése es el doctor Watson, siéntese y enséñenos el broche.
-¡Señor Holmes! ¿Quién le ha dicho que lo llevo conmigo?
-No vendría a verme si no creyera que su robo es inminente, por lo que es obvio que el ladrón estará en la timba a la que se dirige usted. ¿Un cigarrillo?
-¿Pero cómo...? No fumo, gracias ¡Pero cómo ha sabido usted lo de la timba!
-He visto su landó, y también la pulida pitillera de plata que asoma por su chaleco, inoportuna en un caballero que no fuma pero muy útil para el tahúr que reparte las cartas: discreta y nítida como un espejo. No irá usted a jugarse el broche.
-Han de saber, señores, que el príncipe Brahmantra, el "Brujamanta" de los cuentos infantiles, mandó a sus orfebres fabricar siete broches hexagonales con las mejores esmeraldas y goshenitas del reino. Seis de los broches sólo tienen una esmeralda y una goshenita, como éste que ven. Pero los escritos hablan de un magnífico broche de 12 berilos, con seis pares de esmeralda y goshenita. Creo que el poseedor de esa joya es el ladrón.
-Vaya usted a la timba, entonces. Ya tendrá noticias nuestras.
-Pero, Holmes, ¿cómo ha dejado marchar a lord Rothschild? Dígame, usted no cree que el ladrón vaya a acudir a la timba, ¿no?
-Al contrario, Watson, estoy seguro de que lo hará. Y ahora, como me hace usted decir en sus novelitas del Strand Magazine: "Empieza la caza". ¡En marcha, Watson!
¿Cómo piensa pillar Holmes al ladrón?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de agosto de 2007