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El barrio del Raval sufre una invasión de ratones de ciudad

Algunas ferreterías han agotado sus productos matarratas

Miden entre cinco y siete centímetros y no pesan más de 30 gramos, pero son muchos y están hambrientos. Los ratones domésticos han invadido el barrio y las casas del Raval durante estas últimas semanas. Los vecinos han tomado precauciones para acabar con estos molestos inquilinos: algunas ferreterías han agotado sus reservas de ratoneras y otros productos raticidas.

Al igual que las cucarachas, los ratones domésticos o de ciudad proliferan habitualmente en algunos barrios de Barcelona. Pero este verano, en el Raval, hay más que nunca.

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"Este año parece que nos han invadido", asegura Gisela, de 23 años, vecina del barrio. "Tiene que ser por las obras, porque cerca de ellas es donde más ratones se encuentran", añade. Las partes más afectadas por esta invasión son la zona sur del Raval -calles de Junta de Comerç, Robador y Sant Pau- y la zona centro -calles de Vistalegre o de la Aurora. Alrededor de todas ellas hay alguna obra.

"Supongo que al remover la tierra, los roedores escapan y van a las casas en busca de comida", explica Leandro Vidal, de 50 años, propietario de una ferretería en la calle de Sant Pau. "Lo he vendido todo", comenta, "tanto los matarratas como las ratoneras, y eso que compré de más, por si acaso". En otra ferretería, en la calle de Elisabets, el encargado asegura que "de cada dos personas que han entrado a comprar esta mañana, una venía a por ratoneras: estamos vendiendo muchas más que el año pasado".

Los edificios del barrio son antiguos y están llenos de pequeñas grietas por donde estos roedores pueden entrar en los domicilios, aunque los vecinos aseguran que no se trata de una cuestión de suciedad o de insalubridad. "Mi casa está más limpia que una patena y tengo ratones. Trepan por la pared y se cuelan por las grietas", cuenta un vecino de la calle de Sant Pau. Un portavoz del Ayuntamiento, sin embargo, asegura que "este tipo de ratones aparece de vez en cuando: no hay ninguna plaga especial".

Javier Fonseca, dueño de una empresa de fumigación, explica que el Raval es una de las comunidades más infestadas por estos roedores. "Muchas comunidades de vecinos de este barrio pagan regularmente un tratamiento de desratización", comenta. Algunos prefieren luchar individualmente. Para ello, emplean las técnicas más diversas: desde la clásica ratonera al veneno más sofisticado, "que en lugar de reventar la rata, la reseca por dentro y no deja olor", explica Fonseca.

Una vecina de la calle de Junta de Comerç, de 60 años, cuenta que, en los últimos 10 días, ha cazado 20 ratones. "Cada noche coloco dos ratoneras, y por la mañana me los encuentro atrapados, y al día siguiente vuelta a empezar", explica. Ahora bien, los expertos aseguran que el método más eficaz para matar ratones es el más evidente: el gato. "Pero el Ayuntamiento se llevó la mayoría de los gatos callejeros", afirma un vecino.

En cualquier caso, los habitantes del Raval no se alarman. La mayoría asegura que no ha visto ningún ratón. No es extraño: no son más grandes que un dedo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de agosto de 2007