Cerca de 300 rumanos que permanecían acampados junto al trasvase Tajo-Segura en La Herrera (Albacete) levantaron ayer el campamento horas después de la llegada de una treintena de guardias civiles de los Grupos Rurales de Seguridad. Los agentes les comunicaron que tenían que ejecutar una orden judicial de desalojo, ya que donde estaban asentados está prohibido la acampada por tratarse de las orillas de un canal del trasvase Tajo-Segura. Los funcionarios identificaron a los extranjeros, tomaron notas de sus matrículas y les comunicaron que debían marcharse.
Los agentes llegaron por la tarde y, en principio, su presencia sólo pretendía evitar enfrentamientos entre los extranjeros, que acamparon hace semanas en la zona (por la temporada del ajo y la cebolla) y los vecinos de la localidad albaceteña.
Los moradores del campamento, que ha llegado a albergar a unas 2.000 personas, ante la llegada de la Guardia Civil, prefirieron levantar las tiendas y marcharse. Si al alba de hoy alguno sigue acampado, los agentes ejecutarán la orden de desalojo.
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Máximo Díaz Cano, explicó anoche que unos 50 de ellos se trasladaron a un pinar llamado La Marmota, en el término municipal de la Jineta, también en Albacete. Anoche a las 23.00, sólo quedaban nueve rumanos (mujeres y niños) en el campamento a la espera de ser recogidos en coche por algún compañero, según Díaz Cano.
El envío de los agentes a la zona no tenía como principal intención desalojarlos, "sino evitar posibles enfrentamientos entre los rumanos y la gente del pueblo", según Díaz Cano. El delegado del Gobierno precisó que la labor de la inspección de trabajo en los últimos días, al impedir la contratación ilegal de los rumanos, ya había comenzado a ahuyentarlos.
El alcalde de La Herrera, Pablo Escobar, del Partido Popular, había denunciado insistentemente que el asentamiento suponía "un problema de seguridad". Ayer por la tarde, un vehículo sin ocupantes cayó al canal del trasvase. El alcalde había exigido a Díaz Cano el desalojo del campamento.
El alcalde ha declarado: "No trabajan para nadie de aquí. Vienen de otros puntos de la provincia de donde les han ido expulsando". Escobar cree que los vecinos están asustados. "Todavía no ha pasado nada, pero ya ha habido choques con vecinos que encontraron extraños merodeando sus terrenos", ha dicho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de agosto de 2007