Las fuentes dramáticas del cine están llegando al absurdo. Y, tras el videojuego como base fílmica, llega el acabóse: una película inspirada en ¡unas muñecas!
Las Bratz han llegado al cine. Lo que nunca consiguió la Barbie, lo han logrado las estilizadas mocosas y, con el apoyo de la MTV (lo que lamentablemente otorga empaque a la película), aspiran a imponer su ideario: está bien que te guste la música, la Física o el fútbol, pero nunca te olvides de lo más importante: la moda. Al precio que sea.
Ambientada en un instituto donde sus pequeñas protagonistas van a cursar su primer año de estudios, Bratz es una apología del consumismo infantil amparada en la frase más trascendental para la existencia de las crías: "No tengo nada que ponerme".
BRATZ
Dirección: Sean Mcnamara. Intérpretes: Logan Browning, Chanel Parrish, Skyler Shaye. Género: comedia. EE UU, 2007. Duración: 110 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de agosto de 2007