El paso por Despeñaperros, en la autovía de Andalucía A-4, uno de los principales puntos negros de la red viaria española, va a soportar un tráfico de 200.000 desplazamientos hasta final de mes en la operación regreso de agosto. Mientras tanto, las obras de la nueva calzada, que acabará con el trazado sinuoso actual, están ejecutadas sólo en un 30%, y el Ministerio de Fomento estima que hasta final de 2008 no estará listo el sentido hacia Sevilla.
El subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, admitió ayer la necesidad de acabar lo antes posible con la alta siniestralidad que presenta el paso de Despeñaperros, donde se han producido más de 300 accidentes y medio centenar de muertos en los últimos ocho años, y urgió al Gobierno a acelerar las obras. "Es imprescindible que Despeñaperros se haga", enfatizó Calahorro, tras señalar que el coste del tramo de nueve kilómetros de la futura autovía se multiplicará por cuatro por la acusada orografía. Está previsto construir tres túneles dobles y siete viaductos.
No obstante, Calahorro destacó la apuesta del Ejecutivo central que ha modificado el proyecto inicial para hacer nuevos los dos sentidos de la autovía, con lo que el presupuesto ha pasado de los 81 millones de euros iniciales (sólo para el sentido Sevilla) a 190 millones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de agosto de 2007