El primer ministro francés, François Fillon, aseguró ayer que el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que se reunió a finales de julio, "lamenta amargamente" haber regularizado a "cientos de miles" de inmigrantes ilegales y "se ha comprometido a no hacerlo de nuevo". El Gobierno ha llevado a cabo en esta legislatura una regularización masiva de inmigrantes irregulares que se encontraban trabajando ilegalmente en España y a la que se acogieron más de medio millón de indocumentados.
Fillon citó a Zapatero dentro de una argumentación en la que defendió las expulsiones de inmigrantes indocumentados ante las críticas de asociaciones sociales y tras los recientes incidentes en vuelos de repatriación. "No hay otra solución. Francia no puede acoger a toda la gente que quiere entrar" en su territorio, aseguró Fillon en la cadena TF1, citada por Efe. Lo mismo se aplica a todos los países europeos, dijo.
"Nuestras economías, nuestros sistemas sociales y culturales no pueden soportar una aportación no controlada de población extranjera", sentenció Fillon. Y reiteró que los que no tienen vocación de permanecer en Francia deben ser devueltos a sus países.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de agosto de 2007