La incertidumbre continúa presente en los mercados. Así que en una jornada como la de ayer los inversores encuentran rápidamente buenas excusas para no correr riesgos: es verano y Londres estaba cerrado por ser festivo. Apenas se movieron 2.000 millones en los parqués españoles, la segunda jornada con menos volumen de negocio en lo que va de año.
Tampoco ayudó a los inversores a salir de la incertidumbre las palabras de Jean-Claude Trichet. El presidente del Banco Central Europeo no aclaró que hará la institución que dirige con los tipos de interés en su próxima reunión de septiembre.
El día comenzó con subidas decididas. El Ibex 35 llegó a superar momentáneamente el nivel de los 14.400 puntos. Todavía se respiraba optimismo en el ambiente por los cierres alcistas de Nueva York la semana pasada. Pero conforme pasaban las horas la fuerza inicial decaía.
La apertura del Dow Jones a la baja arrastrado por los malos datos de ventas de viviendas de segunda mano en Estados Unidos acabó por retraer a los inversores y propició una caída del 0,20% en el índice selectivo español, que cerró con 14.305,5 puntos.
No hubo unanimidad entre el resto de índices españoles. El Nuevo Mercado superó la caída del Ibex 35, y el Índice General se dejó un 0,13%. En cambio, el Ibex Médium y el Small Caps se apreciaron.
De nuevo, los bancos fueron los valores más castigados. Todos los que cotizan en el Ibex, excepto el Santander -que cerró igual que comenzó el día- acabaron perdiendo valor. No corrieron mejor suerte las constructoras. Por lo que se mantuvo la tónica que ha dominado los mercados desde que comenzó la crisis financiera.
La Bolsa alemana superó la caída de la española. El Dax de Francfort perdió el 0,28%; al contrario que el CAC 40 francés que ganó un 0,37% de valor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de agosto de 2007