Sin duda el agua quedará muy caliente, pero al menos no tendrá las bacterias y los gérmenes que, por ejemplo, provocan hepatitis A o fiebre tifoidea. Era el objetivo del argentino Francisco Gómez Paz y el italiano Alberto Meda, que proyectaron esta botella fabricada con un plástico especial que, atravesado por los rayos del sol, consigue purificar el agua.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de agosto de 2007