"No me gusta excesivamente ya que dentro de un partido político no se deben crear plataformas". Así de claro se expresó ayer el líder de Convergència Democràtica, Artur Mas, cuando se le interrogó por la reciente creación de una plataforma interna que aboga por sellar una alianza de gobierno con Esquerra Republicana y convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Con estas palabras, Mas no dudó en desautorizar a su número dos, Felip Puig, quien la víspera había aplaudido los objetivos de este sector soberanista porque, dijo, son compartidos por buena parte de la militancia. Además, se felicitó porque algunos de estos planteamientos coinciden con los de Mas.
Pero ayer, el jefe de la oposición se desmarcó claramente en declaraciones a la emisora RAC-1 al tiempo que recordó que CiU ha ofrecido en dos ocasiones, 2003 y 2006, a Esquerra un gobierno de coalición, pero que los republicanos optaron siempre por el tripartito de izquierdas. No obstante, celebró que dentro de ERC "hay mucha presión sobre sus dirigentes para que cambien su manera de actuar y dejen de ser un satélite puro del PSOE".
Por su parte, Esquerra Republicana envió ayer una carta a CiU e Iniciativa per Catalunya para presentar una proposición conjunta en el Congreso de los Diputados y pedir la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los republicanos entienden que una vez rechazada su petición de que el vicepresidente económico, Pedro Solbes, explique en la Cámara las inversiones que los presupuestos para 2008 destinarán a Cataluña, ahora no cabe otra salida que pedir el parecer del presidente del Gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de agosto de 2007