Cada año mueren unas 3.500 personas por esta causa. Se trata de afecciones que están muy repartidas, sin que haya una pauta clara en su reparto. Las causas locales son múltiples, desde las alergias al polen -es llamativa la concentración de defunciones en zonas de grandes olivares- a las que tienen que ver con contaminantes químicos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de septiembre de 2007