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Crítica:VINOS

Finura y potencia

El juego de las influencias climáticas puede hacer milagros en un viñedo, a condición de que se cumplan el resto de los factores vitícolas, que deben ajustarse como un guante a las características del terreno. Es lo que han hecho con Digma, la marca puntera de Castillo de Sajazarra. Viñedos a 700 metros de altura, en laderas orientadas al sur, que reciben el abrazo climático atlántico y mediterráneo. Con una producción que no llega a los 4.000 kilos por hectárea, en tierras de secano, y un cultivo de inspiración ecológica, han conseguido un excelente tempranillo sobre el que Javier Marquínez ha construido su vino más personal. El desafío era, y es, conjugar elegancia y finura con la potencia madura de la fruta. El resultado es mejor que el de la añada 2003. El aroma resulta impactante, denso, a fruta madura recubierta por los tostados, torrefactos y especias de la madera. El conjunto está bien integrado, el paladar es redondo; el gusto frutal, goloso y largo... pero la elegancia pugna por imponerse, sin conseguirlo del todo. Quizá en el de 2005.

DIGMA 2004

Castillo de Sajazarra.

Sajazarra (La Rioja).

Teléfono 941 32 00 66.

DO: Rioja calificada.

Tipo: tinto crianza, 14%.

Cepas: tempranillo.

Precio: 35 euros.

Puntuación: 9/10.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de septiembre de 2007