El Gobierno catalán y casi todos los partidos rechazaron ayer el recurso a la huelga fiscal aludido el lunes por el ex presidente Jordi Pujol como eventual forma de protesta ante la insuficiencia de inversiones del Estado en infraestructuras. El consejero de la Vicepresidencia, Josep Lluís Carod, precisó que su Gobierno "no se ha plantado" esta cuestión y recordó que tampoco lo hicieron los gobiernos presididos por Pujol durante 23 años.
La idea sólo fue acogida con interés por el portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao, quien se mostró dispuesto a estudiar "acciones de insumisión fiscal" después de mostrar su extrañeza por el "radicalismo verbal" de Pujol.
También la portavoz de Iniciativa Verds-Esquerra Unida, Dolors Camats, expresó su sorpresa por las palabras de Pujol, porque a su juicio no se corresponden con las posiciones que el ex presidente ha defendido siempre.
El presidente del PP de Cataluña, Daniel Sirera, aprovechó la ocasión para atacar también al sucesor de Pujol en la Generalitat, Pasqual Maragall, que nunca defendió nada por el estilo. Pero Sirera afirmó que la alusión a la huelga fiscal "parece más una maragallada que una propuesta de Pujol".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de septiembre de 2007