El vecindario de Mos está harto de la pestilencia, según reconoce la propia alcaldesa, María Jesús Escudero, después de una semana con las basuras amontonándose en la calle, unas 170 toneladas hasta ayer. El personal del servicio de recogida está en huelga, que UGT considera "huelga política", reclamando incrementos salariales a la empresa que tiene la concesión y que ésta dice no poder asumir. El Ayuntamiento aprobó en febrero una aportación complementaria al contrato de 60.000 euros, pero no lo pudo hacer efectivo. Hoy el asunto vuelve a debatirse en pleno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de septiembre de 2007